jueves, 22 de octubre de 2009

Y me hice una promesa...

Yo crecí en una familia donde se creí en Dios, y siempre que iba al casino sentía que estaba mal, lo que estaba haciendo era una constante lucha en mi interior, sin embargo pedía a Dios que me ayudara a ganar que me diera la oportunidad de ganar algún dinero.
Las cosas ya se me estaban complicando, empecé a empeñar cosas a cogerle dinero prestado al prestamista, al principio era fácil casi siempre ganaba y le devolvía el mismo día lo que le había cogido y me iba para mi casa ganando algo.
Pero a medida que esto se fue convirtiendo en una práctica frecuente, mas se me dificultaba pagar. Entonces un día me llame a capitulo yo mismo y me dije que tenía que terminar con aquello y salirme de ese vicio. Me fui a mi casa muy convencido de lo que me había propuesto.
Pero más adelante ya verán cómo se rompen las promesas que uno se haya hecho con mas fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario