Yo crecí en una familia donde se creí en Dios, y siempre que iba al casino sentía que estaba mal, lo que estaba haciendo era una constante lucha en mi interior, sin embargo pedía a Dios que me ayudara a ganar que me diera la oportunidad de ganar algún dinero.
Las cosas ya se me estaban complicando, empecé a empeñar cosas a cogerle dinero prestado al prestamista, al principio era fácil casi siempre ganaba y le devolvía el mismo día lo que le había cogido y me iba para mi casa ganando algo.
Pero a medida que esto se fue convirtiendo en una práctica frecuente, mas se me dificultaba pagar. Entonces un día me llame a capitulo yo mismo y me dije que tenía que terminar con aquello y salirme de ese vicio. Me fui a mi casa muy convencido de lo que me había propuesto.
Pero más adelante ya verán cómo se rompen las promesas que uno se haya hecho con mas fe.
Las cosas ya se me estaban complicando, empecé a empeñar cosas a cogerle dinero prestado al prestamista, al principio era fácil casi siempre ganaba y le devolvía el mismo día lo que le había cogido y me iba para mi casa ganando algo.
Pero a medida que esto se fue convirtiendo en una práctica frecuente, mas se me dificultaba pagar. Entonces un día me llame a capitulo yo mismo y me dije que tenía que terminar con aquello y salirme de ese vicio. Me fui a mi casa muy convencido de lo que me había propuesto.
Pero más adelante ya verán cómo se rompen las promesas que uno se haya hecho con mas fe.
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